La organización de la Fundación Princesa de Asturias ha decidido entregar el premio en la categoría de Cooperación Internacional a Gavi, The Vaccine Alliance, un consorcio internacional compuesto por diversas entidades públicas y privadas cuyo objetivo principal consiste en facilitar el acceso a vacunas de enfermedades infecciosas en los países menos desarrollados.
Con especial atención a la vacunación infantil, Gavi (siglas del inglés Global Alliance for Vaccines and Immunisation) calcula que, desde su creación en 2000, ha logrado la inmunización de más de 760 millones de niños en todo el mundo, una cifra a la que se suman alrededor de 200 millones más que han participado en campañas esporádicas de vacunación. Según sus estudios, se estima que su labor ha evitado la muerte de más de 13 millones de personas. Gavi fue creada a partir del impulso de la Fundación Bill y Melinda Gates –Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2006–, con el apoyo de Unicef –Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2006–, la Organización Mundial de la Salud –Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2009– y el Banco Mundial, y fue presentada en el Foro Económico Mundial de Davos en 2000.
La red de operaciones de Gavi se extiende actualmente por 73 países y engloba a gobiernos, asociaciones, ONG, agencias de desarrollo, fundaciones, empresas y otros organismos de todo el mundo. En las dos últimas décadas ha conseguido que prácticamente la mitad de la población infantil del planeta esté protegida por rutinas de vacunación. Gracias a su labor, el número de vacunas a las que tienen acceso los habitantes de los países más pobres se ha incrementado de 5 a 17, incluidas la vacuna pentavalente que protege de cinco enfermedades (entre ellas la difteria, el tétanos y la hepatitis B), las vacunas del rotavirus, neumococo, meningococo, cólera, tifus, sarampión, rubeola, fiebre amarilla y polio, entre otras. Incluso ha ayudado a la consecución de la primera vacuna del ébola que recibió la aprobación de la Unión Europea y la precalificación de la Organización Mundial de la Salud. Su estrategia contempla, además, una visión de ayuda al desarrollo a largo plazo, ya que el aumento de la esperanza de vida producido por la vacunación repercute en un importante retorno económico para los países en los que actúa. Su labor se caracteriza por aplicar soluciones innovadoras en los métodos de financiación y en una nueva forma de afrontar el modelo productivo del sector. Instrumentos financieros e institucionales creados por Gavi, como el International Finance Facility for Immunisation (IFFIM) o el Advance Market Commitment (AMC), han permitido recaudar miles de millones de dólares e incentivar un avance rápido de la investigación y producción de nuevas vacunas y su introducción en el mercado, controlando el precio y el volumen adecuado de producción. Este mismo mes de junio se celebró telemáticamente la Global Vaccine Summit, tercera conferencia de donaciones de Gavi, en la que gobiernos, empresas e instituciones se comprometieron a aportar un total de 8800 millones de dólares –50 millones el Gobierno de España– para inmunizar a más de 300 millones de niños en los países más pobres del mundo hasta el año 2025. La labor de Gavi contribuye de manera directa a la consecución de 14 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y tiene como objetivo alcanzar la cifra de 1100 millones de menores inmunizados y de 22 millones de muertes evitadas en 2025. Este año, Gavi ha destinado más de 200 millones de dólares para ayudar a combatir la pandemia de la COVID-19 en países en vías de desarrollo, principalmente de África y Asia.
La organización, con sede en Ginebra, creó en 2018 el Premio Vaccine Hero, que otorga anualmente a entidades y personas cuya labor haya destacado en pro de la misión de vacunación global de esta alianza. En 2019 Gavi recibió el Premio Lasker-Bloomberg de Servicio Público (EE. UU.).
(La Razón)