Han pasado 19 años desde que el huracán "Isidoro" recordó a los yucatecos lo devastador que puede ser la naturaleza, ya que la entidad se vio severamente afectada por el fenómeno que entró siendo categoría 3 y tardó 36 horas en atravesar el estado, además de que estuvo estacionado por cuatro horas.
La última vez que se había sentido la fuerza de la madre naturaleza de tal manera fue cuando el huracán "Gilberto" golpeó a Yucatán en 1988.
El paso de "Isidoro" dejó más de 500 mil damnificados, daños en 15 mil casas, además de verse afectados 85 municipios y 120 mil hectáreas, así como la destrucción de 700 ranchos yucatecos, lo que generó una gran enseñanza en la población en la cultura de la prevención ante los huracanes.
Se encaminó a Yucatán
“Isidoro” se formó en el Océano Atlántico el 14 de septiembre del 2002 como depresión tropical, luego evolucionó a tormenta y posteriormente a huracán.
Contrario a lo previsto por los meteorólogos que pronosticaban que el ciclón solo iba a “rozar” la costa yucateca, debido a su trayectoria errática se encaminó con toda su fuerza hacia el Estado el 22 de septiembre.
Esa mañana se comenzaron a sentir los primeros efectos de “Isidoro”, como el cielo nublado, lloviznas y rachas de aire; pero fue a las 17:00 horas cuando entró por Telchac Puerto, con vientos de hasta 225 kilómetros por hora. Afortunadamente, para ese momento ya se había evacuado a miles de personas de municipios de la costa y del sur del estado.
En la costa, el agua ingresó varios metros desde la playa y se registraron olas de hasta 4 metros de altura.
Mientras que en tierra, el huracán, con un ojo de 18 kilómetros de diámetro, disminuyó su velocidad de desplazamiento mientras más se adentraba al estado, en donde por periodos se registró como semi-estacionario.
Paso destructivo y errático
Además de la costa, debido a su paso tan errático también alcanzó municipios del sur como Oxkutzcab, Akil y Maní, incrementando así sus efectos destructivos hasta llegar a Tekax por donde se dirigió hacia la zona de Chuburná Puerto, donde saldría hasta el día 24 de septiembre.
En Mérida se vinieron abajo árboles e incluso construcciones cedieron ante la cantidad de agua registrada y los fuertes vientos, incluyéndose paredes de predios y muros de mampostería y bloques.
"Isidoro" dejó al estado sin agua y sin energía eléctrica, incluso hasta por más de dos semanas. Los servicios que fueron restableciéndose de manera muy lenta, trayendo a la memoria de los yucatecos el amargo recuerdo que todavía se mantenía en la mente por el paso de “Gilberto”.
"Isidoro" fue un huracán que demostró que los huracanes no tienen "palabra" y que nunca se les debe subestimar.