Desde mediados de la pasada década, el Centro de investigación Glenn de la NASA colabora con la empresa Goodyear para desarrollar la Spring Tire, una rueda que no se rellena con aire, sino que cuenta con cientos de resortes para soportan la carga de un vehículo.
En principio, los investigadores elaboraban este objeto con acero, pero el material que permitió un avance drástico en su desarrollo fue una aleación de níquel y titanio, que permite que vuelva a su forma original.
Debido a su estructura atómica, este producto no se pincha ni desgasta como su versión de caucho, posee un desgaste menor, soporta más carga, recupera la forma y se desplaza con más facilidad por terrenos rocosos y por la arena, debido a que puede absorber la energía de los impactos contra el terreno a velocidades moderadas.
Gracias a estas características, se podrá utilizar en los vehículos para explorar la superficie de la Luna o de otros planetas, como Marte.
Los especialistas de la NASA también probaron la Spring Tire en un todoterreno y superó con éxito una superficie de grava y guijarros.