En la ribera del río Hondo, el Comité de Sanidad Vegetal de Quintana Roo (Cesaveqroo) ha detectado que la plaga siguen avanzando en los cítricos, la más letal es el HLB o Dragón de los Cítricos que a la fecha han afectado casi 500 hectáreas principalmente en sembradíos de limón persa y pese a la escases de recursos se trata de mantener a “raya”.
El gerente del Comité Estatal de Sanidad Vegetal, Pedro López Sánchez, dijo que existen en la entidad dos mil 500 hectáreas de cítricos y este año se sembrarán más de 300 hectáreas más en el municipio de Othón P. Blanco.
Señaló que desde el 2009 que apareció el HLB (Huanglongbing o Dragón amarillo), a la fecha se han sido infectadas 500 hectáreas de cítricos, que aunque no causa muerte inmediata de los árboles, va degenerando la planta poco a poco hasta su muerte.
Y cada año es más difícil combatirla debido a los recortes presupuestales que ha tenido el Cesaveqroo, y la tardanza del gobierno del Estado para liberar la parte proporcional anual de aportación para el combate de las plagas, pues aunque tienen un presupuesto estimado de 20 millones de pesos, difícilmente les llega la mitad durante todo el año.
Y por el momento solo se puede apoyar a los productores de cítricos con asesoría técnica, y son ellos los que tienen que costear los insumos para el combate de las plagas.
Aunque la presencia ha ido en aumento desde su aparición en la entidad aún no se presentan afectaciones graves que pongan en riesgo este sector durante 2020, ya que una planta infectada es capaz de seguir produciendo frutos por un largo tiempo.
Reconoció que si una planta está enferma podría seguir produciendo únicamente uno o dos años, pero hay avances y mediante un buen manejo agronómico la planta puede vivir muchos años más de vida”
“Lo único que se puede hacer con esta enfermedad de los cítricos es contener el vector, para que no se propague generando daños catastróficos a la citricultura, ya que es común que las plantas sigan produciendo enfermas, ya que difícilmente los productores quieren cortar un árbol que esperaron cinco años para cosechar”.
Señaló que de manera operativa tiene cinco juntas locales, dos en Othón P. Blanco , uno en Bacalar, uno en la zona maya y uno en la zona norte, que tienen como finalidad prevenir las plagas que puedan ser un riesgo para el Estado y el país.
“Esta enfermedad es de alto riesgo y grave una vez infectada la citricultura la única forma de erradicarla es cortando y quemando el árbol”.