En un giro de su postura histórica, el Parlamento Europeo votó a favor de la construcción de muros fronterizos físicos en sus límites, un cambio que se produce tras más de una década de oposición a medidas similares.
Esta decisión refleja una nueva era en la política migratoria de la Unión Europea (UE), marcada por la necesidad de resolver de manera más efectiva los flujos de inmigrantes ilegales y garantizar la seguridad de sus ciudadanos.
Con el respaldo de aproximadamente 329 eurodiputados, la enmienda que exige una financiación adecuada para las barreras físicas en las fronteras exteriores de la UE fue aprobada con una mayoría considerable.
La votación del Parlamento Europeo también pone de relieve un cambio en la dinámica política de Europa, donde incluso los partidos de izquierda están comenzando a reconocer la importancia de un control más estricto de las fronteras.
La victoria de la derecha en varios países de Europa forzó a muchos políticos a reconsiderar sus posiciones sobre la inmigración ilegal y la seguridad en las fronteras.
La coalición de legisladores de derecha, que incluye grupos como los Patriotas por Europa y los Conservadores y Reformistas Europeos, lideró el impulso hacia esta medida, reconociendo la importancia de fortalecer la infraestructura fronteriza en un contexto donde la inmigración ilegal se volvió una de las principales preocupaciones de la región.
El Partido Popular Europeo (PPE), el grupo político más grande en el Parlamento, también expresó su apoyo a esta enmienda, con solo 15 miembros votando en contra y cuatro absteniéndose.
El vicepresidente del PPE, Tomas Tobé, explicó la lógica detrás de este apoyo: “Porque es nuestra política de larga data defender la financiación de la UE para la infraestructura de las fronteras exteriores. También está en línea con la posición del Consejo Europeo: las barreras físicas son esenciales para proteger las fronteras exteriores de la UE y gestionar la inmigración de manera eficaz“.
La decisión del Parlamento no solo aborda la construcción de muros, sino que también incluye la aprobación del “Plan Ruanda británico/Plan Italia-Albania“, que permite la deportación de inmigrantes a terceros países mientras esperan su repatriación.
De esta manera, la votación en el Parlamento Europeo parece significar un “triunfo” de la derecha en el debate sobre inmigración; ya que incluso los políticos de izquierda están empezando a considerar seriamente el control de fronteras y la inmigración, no porque vean a los inmigrantes como una amenaza, sino por el miedo a perder su base de apoyo frente a los partidos de derecha.
FUENTE: TIERRA PURA