En una reunión en Moscú celebrada con embajadores con la finalidad de abordar la crisis ucraniana, Lavrov explicó que "en realidad, Washington está arruinando a sus vasallos europeos, mientras le da la oportunidad a su propio complejo industrial–militar de ganar dinero", al tiempo que sigue comprando a Moscú materiales críticos, incluido uranio.
El jefe de la diplomacia rusa detalló que el país norteamericano "sigue imponiendo a la Unión Europea [UE] el caro gas natural licuado estadounidense y obliga a las empresas europeas a deslocalizar sus actividades en el otro lado del Atlántico".
En este escenario, y de acuerdo a las estimaciones más conservadoras, los Veintisiete perdieron hasta 250.000 millones de euros ‘gracias’ a la vigencia de las sanciones antirrusas, según detalló Lavrov.
Para el analista internacional y analista de medios Paco Arnau, "lo que estamos viendo en estos últimos años –no viene de ayer ni del año pasado siquiera ni con la crisis de Ucrania–, es que el crecimiento de EEUU, o el mantenimiento de la economía norteamericana, de EEUU, se está basando en la fagocitación de la economía europea".
Modus operandi
"Ahora mismo el crecimiento de la economía de EEUU tiene tres pilares: la inversión pública, pero en armamento, porque siguen batiendo récords de gasto militar año tras año en los presupuestos que van aprobando en el Congreso, es decir, inversión pública en armas".
El segundo pilar, de acuerdo al experto, es "la venta de armas a terceros países, algo que tiene mucha relación también con el interés geoestratégico de EEUU de provocar conflictos y guerras, tal como provocaron la guerra de Ucrania en 2014, o más recientemente ahora han provocado una nueva crisis en Oriente Medio de consecuencias imprevisibles, es decir [de nuevo], inversión pública en armas, venta de armas al exterior, teniendo en cuenta que la economía norteamericana está basada ahora mismo en la especulación financiera y el sector armamentístico", detalla.