Has no content to show!
27 December 2020

En la semana que celebramos la Navidad y la alegría por el nacimiento de Jesús, nos llena de esperanza que el triunfo de Trump en las elecciones pueda abrirse camino entre el fraude y la corrupción que rodean a Biden y los demócratas.

Los últimos días ha quedado en evidencia que la confirmación de Joe Biden como presidente electo es el resultado de un fraude electoral de dimensiones colosales. Los nuevos datos y hallazgos que han salido a la luz han revelado el engaño demócrata. Las pruebas, sólidas como el acero de Pennsylvania, reflejan que las elecciones fueron robadas al presidente Trump, el legítimo ganador. El análisis de los patrones de votación en los estados en disputa no deja lugar a dudas, como tampoco las enormes irregularidades detectadas, que incluyen papeletas marcadas incorrectamente, campañas ilegales en las urnas y desvíos de votos para Biden en las máquinas de votación que utilizaron el software Dominion y Smartmatic.

Si el Congreso no corrige la certificación realizada por el Colegio Electoral, que ha certificado votos ilegales, sentaría un precedente peligroso para futuras elecciones y esta nación correría el riesgo muy real de no volver a tener elecciones presidenciales justas ni limpias. Nos jugamos, pues, mucho más que un segundo mandato de Trump.

Una elección contingente en la Cámara de Representantes podría certificar finalmente a Trump como el justo ganador de las elecciones. Es una estrategia constitucional en la que el presidente ha empeñado sus esfuerzos en estas semanas, movilizando a senadores y representantes republicanos para lograr que el 6 de enero se abra paso la verdad y se certifique su reelección.

El congresista por Alabama, Mo Brooks, el senador también por Alabama Tommy Tuberville, y los congresistas Andy Biggs y Marjorie Taylor Green, son algunas de las personalidades en vanguardia de esta estrategia para movilizar al Congreso y objetar los votos fraudulentos de los estados en disputa. Ellos, y más de un centenar de congresistas, desafiarán las votaciones del Colegio Electoral el 6 de enero para forzar una elección contingente.

Conviene recordar que la 12th enmienda de la constitución concede al vicepresidente Mike Pence pleno poder para rechazar a los electores en disputa y aceptar a los electores de Trump.

En las contiendas de las elecciones presidenciales, el Congreso tiene un papel superior al Tribunal Supremo, cualquier tribunal federal o cualquier tribunal estatal en virtud de esta misma 12ª enmienda de la constitución. El Congreso está facultado para certificar las presentaciones de votos de los colegios electorales, o no. Es el proceso constitucional correcto y también el camino para reconocer la victoria de Trump en estas elecciones. El Congreso es el árbitro final de quién gana las contiendas presidenciales, no el Tribunal Supremo, aunque en este caso puede tener un papel determinante en el proceso, habida cuenta de que hay demandas en curso con pruebas y evidencias del fraude. Los fundadores de EE. UU no querían que jueces no electos tomaran este tipo de decisiones, por eso dejaron la última palabra en manos del Congreso.

(James Nava)

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