Además de su sabor refrescante, la lechuga es un alimento lleno de nutrientes. De acuerdo con el sitio especializado en salud, Healthline, esta verdura es rica en vitaminas A, C y K, las cuales favorecen la visión, fortalecen el sistema inmune y previenen problemas en los huesos.
Este vegetal es ideal para añadirlo dentro de tus ensaladas o para darle un toque crujiente a tus sándwiches. No obstante, si no se guarda en las condiciones adecuadas, su vida útil es muy corta y puede implicar un desperdicio para tu bolsillo.
A continuación te decimos cuál es la mejor manera de conservar tu lechuga fresca durante más tiempo.
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Antes de guardar tu lechuga, el blog culinario Taste of Home recomienda que la laves para evitar infecciones alimentarias. Este vegetal crece cerca del suelo y puede contaminarse fácilmente con bacterias, insectos, pesticidas o suciedad.
Cuando llegues a casa después de comprar tu lechuga, quítale las hojas que se vean marchitas, viscosas o dañadas. Después enjuaga la lechuga bajo un chorro de agua fría. También puedes remojarla durante algunos minutos en un recipiente con agua y unas gotas de desinfectante para alimentos.
Posteriormente, debes secar bien la lechuga. El sitio gastronómico The Spruce Eats aconseja que retires el exceso de agua con una centrifugadora para ensaladas, una toalla de papel o un paño de cocina limpio. Ten cuidado para que las hojas no se maltraten.
Una vez que la lechuga esté seca, envuélvela en una toalla de papel y ponla dentro de una bolsa o contenedor de plástico. Guárdala en el cajón para verduras de tu refrigerador.
The Spruce Eats sugiere que revises tu lechuga cada dos días. Remueve las hojas que se vean marchitas y cambia la toalla de papel si se humedeció. De este modo, tu lechuga no se echará a perder ni se volverá viscosa.
Considera que las hojas sueltas de lechuga conservan su frescura de 7 a 10 días, mientras que las piezas completas se mantienen frescas hasta por tres semanas si se almacenan de la forma adecuada, señala Taste of Home.
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Si la lechuga pierde su textura crujiente durante la refrigeración, The Spruce Eats indica que puedes sumergirla en agua con hielos antes de usarla en tus platillos.
En caso de que quieras almacenar este vegetal en el congelador, opta por variedades más gruesas como la lechuga romana o francesa. Aunque perderán una parte de su frescura, puedes conservarlas hasta por seis meses y utilizarlas para preparar batidos o sopas.
Sigue estos sencillos tips para disfrutar tu lechuga el máximo tiempo posible.
(El Universal)