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10 August 2020

Estudios recientes revelan que una gran proporción de la población, entre el 20 y el 50 por ciento de las personas en algunas zonas, podría albergar células-T, cuyas funciones son parte importante del sistema inmunitario adaptativo, que reconocen el nuevo coronavirus pese a no haber tenido contacto con él, informa The New York Times.

Estas células-T son probablemente rezagadas de luchas pasadas con otros coronavirus relacionados, incluidos los que suelen causar los resfriados comunes, notan los científicos. Los linfocitos T activados son los responsables de la inmunidad celular destruyendo células infectadas.

“Si tiene una población de células-T armadas y listas para protegerlo, podría controlar la infección mejor que alguien que no tiene esas células con la reactividad cruzada”, sostiene Marion Pepper, una inmunóloga de la Universidad de Washington que está estudiando las respuestas inmunes de los pacientes ante la COVID-19. “Eso es lo que todos esperamos”, añadió.

 En teoría, las células-T con reactividad cruzada pueden “proteger casi como una vacuna”, destaca Smita Iyer, inmunóloga en la Universidad de California, que está estudiando las respuestas inmunes a la COVID-19 en primates. Otros estudios anteriores han demostrado que las células-T con reactividad cruzada pueden proteger a las personas contra diferentes cepas del virus de la gripe y, tal vez, otorgar un rastro de inmunidad contra el dengue y la enfermedad del Zika.

Los investigadores han encontrado casos de personas en EU, Alemania, Países Bajos, Singapur y Reino Unido que nunca han estado expuestas al nuevo coronavirus, pero que portan células-T que reaccionan a la COVID-19.

Según un reciente estudio publicado en la revista Science, los coronavirus comunes que causan resfriados pueden ser una fuente potencial de células-T. Varios investigadores destacan que existe la probabilidad de que, si estas células se encuentran con algo de un gran parecido con lo que han afrontado antes, aún pueden despertarse para luchar, incluso si el invasor es totalmente nuevo.

 Sin embargo, las células-T con la reactividad cruzada no son necesariamente una fuerza benévola. Al mismo tiempo, podrían ser recuerdos ineficaces de infecciones pasadas, con “absolutamente ninguna relevancia” para la lucha contra la COVID-19, explica el Dr. Alessandro Sette.

Para aprender más sobre las células-T, los investigadores pueden estudiar si son más abundantes en pacientes que han sufrido casos leves o graves de COVID-19. Además, pueden medir los niveles de linfocitos-T en grandes grupos de personas sanas, y luego comprobar si enferman con el coronavirus actual.

Las células-T con la reactividad cruzada no son necesariamente una fuerza benévola. Foto: Ramón Espinosa, AP

Sin embargo, en esta cuestión son muchas las preguntas que siguen sin respuesta. Los inmunólogos se muestran incapaces aún de pronosticar completamente cómo el sistema inmunológico humano responde ante este nuevo virus.

(Sin Embargo)

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