Se observa desesperación en los grupos panistas y calderonistas, después del anuncio formulado por el presidente López Obrador, en el sentido de que habrá una reunión de Estado entre los mandatarios de Estados Unidos, México y de ser posible Canadá, con motivo de la puesta en marcha del Tratado T-MEC, que oficialmente aplica a partir del próximo primero de Julio.
¿Por qué el enojo de las BOAs conservadoras?
¿En qué les afecta que el presidente López Obrador se reúna o no con su homólogo estadounidense?
El Problema no tiene que ver en absoluto con el primer ministro de Canadá. A nadie importa dentro de los grupos neoliberales mexicanos, si se realiza un encuentro bilateral en este momento.
Es el encuentro con Donald Trump, precisamente en estas fechas, el que les molesta y vamos a explicar por qué.
En Estados Unidos se viven hoy en día fuertes momentos electorales. Los dos únicos partidos políticos en la Unión Americana, están enfrascados en una batalla electoral, para conseguir el control del Congreso Nacional en ese país, así como la presidencia de la república. Demócratas y republicanos hacen campaña permanente a favor de su causa.
Donald Trump busca la reelección por los siguientes cuatro años. Enfrente, está el candidato demócrata Joe Biden, quien fue vicepresidente durante de la administración de Barack Obama.
Biden aceptará la candidatura demócrata en los próximos días, en forma personal, o en un acto que se realizaría virtualmente, debido a la pandemia de Covid-19.
En este momento, cuando aún faltan algunos meses para la fecha de las elecciones, Biden tiene una ligera ventaja sobre Trump, a quien la presencia de la pandemia le ha restado apoyo, por el cuestionable trabajo que ha realizado para contenerla y por la caída económica que generó en todo el mundo el cierre total de actividades. Además de la pérdida de empleos.
Los demócratas han sabido sacar ventaja de esta situación para colocar por arriba del actual presidente republicano, a su candidato Biden.
Los grupos de poder en los Estados Unidos, se alinean a favor de uno u otro candidato.
Trump, cuenta con el apoyo de los dueños de los grandes casinos, banqueros, petroleras, constructoras y otros poderosos sectores económicos. Aparte del aparato de gobierno que utiliza a su favor.
Joe Biden está apoyado por los clanes políticos Obama-Clinton, que tienen bastante influencia como expresidentes de esa nación. Tejieron durante sus administraciones una amplia red de apoyo, que les brinda fortaleza tanto política, como económica. Los medios de comunicación tradicionales en la Unión Americana, están también a favor de los demócratas.
El “Estado Profundo” (la poderosa burocracia dentro del gobierno), opera también en contra de Trump.
A grandes rasgos, esa sería la fotografía de la situación electoral que priva en este momento en los Estados Unidos.
Ahora bien: ¿qué tiene que ver en todo esto el derrotado neoliberalismo mexicano y la visita del presidente López Obrador a la Unión Americana?
Mucho, si consideramos la importancia que tendrá el voto latino en las próximas elecciones.
Los latinos han pasado a ser la primera minoría en ese país. Los mexicanos, son un grupo de aproximadamente 34 millones de personas, divididas en nacionalizados, hijos de mexicanos y migrantes. Son una comunidad bastante importante en tierras norteamericanas.
Cualquier movimiento en el tablero electoral de aquí a la fecha de la elección, puede significar el triunfo o la derrota para cualquiera de las fuerzas participantes.
Y la visita del presidente López Obrador, es vista por los demócratas, como un apoyo importante al hoy presidente Donald Trump.
López Obrador, consideran, puede inclinar el voto mexicano, a favor de Trump.
Incluso el voto latino en su conjunto.
La imagen del presidente de México es buena, a nivel internacional. Los connacionales que viven al norte del Río Bravo, han mostrado un apoyo significativo hacia el actual mandatario mexicano. Para los demócratas, esto es preocupante.
Y entonces comienzan a mover sus piezas estratégicas en nuestro país, para intentar evitar esta visita programada para los siguientes días.
¿A quiénes acuden para ello?
En primer término a sus peones en la prensa norteamericana. Hemos dicho que la mayor parte de los grandes medios de información, trabajan en apoyo de la candidatura demócrata.
Vemos por tanto a un Jorge Ramos, a Loret de Mola, a Dolia Estévez, a Brozo y a varios más, reprobando la visita de López Obrador a la capital de la nación norteamericana. No lo hacen por convicción personal. Actúan por instrucciones de la cúpula demócrata. El presidente de México no debe hacer visitas de Estado a la Unión Americana en estos momentos.
Aquí en México, la prensa conservadora hace eco a esta solicitud. Servilmente, los Riva Palacio, Pablo Hiriart, Pascal Beltrán, Leonardo Curzio y varios más, reprueban la visita del presidente, a su homólogo Donald Trump.
Y están por supuesto presentes las voces de las BOAs conservadoras, que de ningún modo quieren que se dé la visita.
Las razones de este apoyo a los demócratas por parte de los reaccionarios mexicanos, son dos.
Hace unos días, la Sra. Hillary Clinton, dirigió un mensaje grabado a la primera generación de egresados del Tecnológico de Monterrey. Esa institución tiene como presidente del Consejo Técnico, al “Diablo” Fernández, quien patrocina seminarios de formación política para la nueva camada de neoliberales. Fernández como es sabido, cuenta con el 28% de participación en la cervecería Cuauhtémoc, misma que vendió a Heineken, además de ser principal accionista en FEMSA y OXXO.
Hillary invitó a estos jóvenes a entrar con fuerza en el terreno político, porque se espera mucho de ellos. Los neoliberales saben que el apoyo demócrata, es a favor del neoliberalismo y su reposicionamiento en nuestro país.
Por otro lado están los calderonistas.
Felipe Calderón se sabe perseguido por la justicia norteamericana en este momento. Teme al gobierno de Trump, que tiene prisionero a su exsecretario de Seguridad, Genaro García Luna. Sabe que puede ser procesado por la administración republicana y se lanza por tanto a los brazos de los demócratas, como única esperanza de salvación.
Las BOAs en México, están trabajando por estas dos causas, a favor de la candidatura demócrata.
Para finalizar. El presidente López Obrador asiste a un evento importante para México y no para entrometerse en el proceso electoral norteamericano.
El T-MEC entra en vigor el primero de julio y es un asunto relevante para la economía mexicana. No es una fecha escogida al azar. Tiene que ver con la reactivación económica en los tres países firmantes.
Si esto favorece a un candidato o a otro, es un asunto que no debe interesas al gobierno de la Cuarta Transformación. Se trabaja a favor de México.
Es necesario tener presente una cosa más. Ninguna de las propuestas que participan en la contienda norteamericana actualmente, es mejor que la otra para nuestro país.
Durante el gobierno de Obama, las deportaciones de migrantes aumentaron drásticamente. Con Trump tenemos el problema del Muro y las ocasionales amenazas de aplicación de aranceles a nuestras exportaciones.
Gane quien gane, el panorama será el mismo.
En Estados Unidos se requiere de un movimiento al interior del país, que reste poder a quienes en realidad gobiernan y esto será bastante difícil en el corto plazo.
Pues en la Unión Americana, quien mantiene el control y fortaleza dentro y fuera la nación, es el ejército y su industria de la guerra. Y contra ese poder real, es difícil pelear hoy en día.
Que la Cuarta transformación se ocupe exclusivamente de los intereses del país, es sano.
Allá las BOAs que quieren evadir la prisión y recuperar el poder para seguir sangrando a la nación.
(Malthus Gamba / Sin Línea)