Una investigación de la gigante de las pruebas genéticas 23andMe encontró que las diferencias en un gen que influye en el tipo de sangre de una persona pueden afectar la susceptibilidad al COVID-19.
Los científicos han estado analizando factores genéticos para tratar de determinar por qué algunas personas que contraen el nuevo coronavirus no experimentan síntomas, mientras que otras se enferman gravemente. En abril, 23andMe lanzó un estudio que buscaba utilizar los millones de perfiles en su base de datos de ADN para arrojar luz sobre el rol de la genética en la enfermedad.
Los resultados preliminares de más de 750 mil participantes sugieren que la sangre tipo O protege particularmente contra el SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19, dijo la compañía este lunes. Los hallazgos hacen eco de otra investigación que ha indicado un vínculo entre las variaciones en el gen ABO y el nuevo coronavirus.
Muchos otros grupos, incluido el competidor de 23andMe, están analizando el genoma para ayudar a dar sentido al virus. Se sabe que factores como la edad y las condiciones de salud subyacentes pueden determinar cómo les va a las personas una vez han contraído COVID-19. Sin embargo, esos factores por sí solos no explican la amplia diversidad de síntomas, o por qué algunas personas contraen la enfermedad y otras no.
Estudiar la genética de las personas más susceptibles al SARS-CoV-2 podría ayudar a identificar y proteger a las personas más expuestas, así como a acelerar el tratamiento y el desarrollo de fármacos.
Varios otros estudios que analizan tanto la gravedad de la enfermedad como la susceptibilidad también han sugerido que el tipo de sangre tiene un rol importante.
La investigación publicada la semana pasada, antes de la revisión por pares, sugirió que el tipo de sangre puede desempeñar un rol en la gravedad de las reacciones de los pacientes al SARS-CoV-2.
Ese estudio analizó los genes de más de mil 600 pacientes en Italia y España que experimentaron insuficiencia respiratoria y descubrió que tener sangre tipo A estaba relacionado con un aumento de 50 por ciento en la probabilidad de que un paciente requiriera un ventilador. Un estudio chino anterior entregó resultados similares con respecto a la susceptibilidad de una persona al COVID-19.
“También ha habido algunos informes de vínculos entre el COVID-19, la coagulación de la sangre y las enfermedades cardiovasculares”, asegura Adam Auton, investigador principal del estudio de 23andMe. “Estos informes proporcionaron algunas pistas sobre qué genes podrían ser relevantes”.
El estudio 23andMe, que analizó la susceptibilidad en lugar de la gravedad de la enfermedad, incluyó a 10 mil participantes que informaron a la compañía que tenían COVID-19.
La investigación encontró que las personas con sangre tipo O tienen entre 9 por ciento y 18 por ciento menos probabilidades que las personas con otros tipos de sangre de haber dado positivo en la prueba del virus. Sin embargo, hubo poca diferencia en la susceptibilidad entre otros tipos de sangre, encontró el estudio.
Cuando los investigadores ajustaron los datos para tener en cuenta factores como la edad y las enfermedades preexistentes, así como cuando restringieron los datos solo a aquellos con alta probabilidad de exposición, como los trabajadores de la salud, los resultados fueron los mismos.
Auton dijo que si bien esta evidencia es convincente, todavía queda un largo camino por recorrer.
“Son los primeros días; incluso con estos tamaños de muestra, podría no ser suficiente encontrar asociaciones genéticas”, dijo. “No somos el único grupo que analiza esto y, en última instancia, la comunidad científica puede necesitar unir sus recursos para abordar realmente las preguntas que rodean los vínculos entre la genética y el COVID-19”.
(El Financiero)