Son 637 personas más cada semana. Doscientas mil en seis años. A ese ritmo debe crecer la población de Yucatán en estos días.
Esos datos vienen de la estimación que me expresó el gobernador de Yucatán, Mauricio Vila, cuando recién comenzó su administración, hace más de un año. Ayer rindió su primer Informe de Gobierno.
Esas 637 personas requieren aproximadamente 90 casas, cuando menos, que deben ser construidas cada siete días para dar cabida a la nueva población compuesta por quienes nacen en la entidad y quienes vienen de otras partes de México, o del mundo. Eso requiere mucha electricidad.
¿Qué puede hacer un estado que hasta hace poco padeció apagones por falta de gas?
Promover el uso de lo que abunda justamente en la región, eso que también detiene una mayor inmigración: su sol.
Ayer domingo en el nuevo Centro Internacional de Congresos ubicado en la zona hotelera de Mérida, Vila presumió la existencia de cuatro parques de generación de energía renovable en la entidad, dos de estos solares. Se ubican en los municipios de Dzilam, Tizimín, Progreso y Peto.
Juntos, necesitaron una inversión de 359 millones de dólares y aportan 210 megawatts de capacidad equivalentes a la cuarta parte de la demanda estatal, que crece al ritmo de sus centros comerciales que demandan entre dos y cuatro megawatts cada uno.
Solo el año pasado arrancaron dos: La Isla, de grupo Gicsa y The Harbor, de Thor Urbana.
Ante la urgencia de aumentar la oferta de electricidad, el gobernador soltó un aviso: cuando termine su administración en 2024, la capacidad de producción local será superior a sus necesidades, lo que le daría la capacidad de exportar a otros estados.
Hay 24 parques más de energías renovables en proceso de instalación.
Tres ya están en construcción y el resto en el proceso de obtención de permisos.
En conjunto, los proyectos existentes y los que están en desarrollo representan una inversión de 4 mil 500 millones de dólares, de acuerdo con estimaciones oficiales.
“Incrementamos 22.6 por ciento la producción en el subsector generación, transmisión y distribución de energía eléctrica; somos el segundo estado con mayor crecimiento en el país”, presume Vila en su primer Informe.
No se trata solamente de un esfuerzo de gobierno. La cultura de generación de energía renovable en Yucatán está cimentada en la iniciativa de empresarios como Eduardo Rodríguez, en Perfect Home, empresa que además de instalar proyectos domésticos y comerciales de energía solar, fabrica localmente paneles.
También, Raúl Asís Monforte, líder de Mi Energía MX, presidente de la Asociación Mexicana de Energía Renovable y Medio Ambiente, quien recientemente convocó a profesionales de distintas prácticas a una alianza para empujar la transición hacia la producción sustentable de electricidad.
Para mantener ese ritmo es indispensable que alguien ponga orden.
“Se creó la Subsecretaría de Energía dentro de la estructura organizacional de la Secretaría de Fomento Económico y Trabajo”. Está a cargo de Juan Carlos Vela Milke, un ingeniero graduado de la Louisiana State University, que reporta a Ernesto Herrera Novelo, el secretario transexenal de Fomento Económico, que Vila mantuvo en el cargo.
El mandatario estatal tiene claro que necesita gente y por eso motivó la creación de becas al 80 por ciento, para formar ingenieros y maestros en temas de explotación de petróleo y gas natural, energía alternativa, eólica y solar. En ese ambiente, pongan atención a Arturo Quirarte, en Grupo Dicas, quien acopia el know how que puede tener un impacto de largo plazo en una entidad que definitivamente voltea a lo que abunda en Yucatán.
(El Financiero)