El robo de petróleo y derivados, así como de válvulas que dejan inactivas las plataformas petroleras, podría ser un sabotaje de la competencia de Petróleos Mexicanos (Pemex), aventuró hoy a manera de hipótesis el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Puede ser que haya sabotaje de la competencia. Acuérdense ustedes que el propósito era acabar con Pemex y la CFE y entregar todo el mercado de las gasolinas, diésel, gas y energía eléctrica a particulares. Ese era el plan. Por eso dejaron que se cayera la producción en Pemex”, expresó.
El mandatario ofreció que la próxima semana, el director de Pemex, Octavio Romero, presente un informe sobre las motivaciones de su sospecha, pero fue insistente en la presunta destrucción del sector energético, exponiendo una vez más la caída de la producción de crudo apoyado en gráficas.
En su conferencia de prensa matutina, López Obrador aseguró que el incremento de tomas clandestinas de gasolinas y gas se está atendiendo, mientras que, en 2019, por primera vez desde 2004, no cayó la producción.
Abundó en sus críticas a los llamados “tecnócratas” a quienes atribuyó dos condiciones posibles: ineficientes “de parvulitos”, o bien, que la caída en la producción fue una acción delibrada para destruir la industria energética nacional.
“Se cayó la producción, aumentó la gasolina y la electricidad. (Luego) se privatizó, y en lugar de que mantuvieran estable la gasolina y la luz o que bajara, la aumentaron.
No es un asunto político, ni ideológico, es juicio práctico, sentido común: no podíamos seguir con la misma política de despojo, de saqueo, ir contra el interés nacional”.
(Proceso)