La revista científica International Journal of Environmental Research and Public Health publicó este mes una investigación que expone un documento interno de Coca Cola que nuevamente indignó a la comunidad internacional de salud pública al mostrar las prácticas perversas. De los años 1970s a la fecha la obesidad en niños se ha triplicado y si hay un producto que puede ligarse a este fenómeno, como una de sus principales causas, son las bebidas azucaradas. Este aumento de la obesidad está poniendo a los niños en riesgos muy altos de desarrollar diabetes, enfermedades cardiovasculares y diversos tipos de cáncer. Los costos asociados a estas epidemias ponen en crisis mayores a los sistemas de salud pública y se han vuelto un factor de empobrecimiento por sus impactos en las finanzas de las familias.
La investigación realizada en conjunto por la Universidad Deakin de Australia y la organización U.S. Right to Know de los Estados Unidos, una asociación sin fines de lucro que defiende los derechos de consumidores y el derecho a la salud pública, revela otro más de los documentos internos de Coca Cola que muestra su verdadera naturaleza, más allá de sus declaraciones y compromisos públicos que sólo buscan lavar su imagen.
Los documentos internos obtenidos muestran los objetivos centrales de su campaña “Movimiento es Felicidad” realizada durante los juegos olímpicos de Río de Janeiro de 2016. En su estrategia publicitaria, Coca Cola se ha vinculado al deporte, por ejemplo, desde 1928 participa en el patrocinio de los Juegos Olímpicos. El objetivo de la multimillonaria campaña “Movimiento es Felicidad”, muestran los documentos, fueron los niños adolescentes. Y el propósito: evitar que los menores tuvieran una percepción negativa sobre el impacto de estas bebidas en la salud y centrar la atención en la necesidad de realizar actividad física, obviamente, no en dejar de tomar bebidas endulzadas.
El director de U.S Right to Know, Gary Ruskin, después de revisar miles de páginas internas de Coca Cola, señaló que algunos temas emergían permanentemente: “Uno de estos es que Coca Cola realiza esfuerzos para evadir su responsabilidad en la epidemia de obesidad global…vivimos de hecho bajo el control de las corporaciones; la industria de alimentos es increíblemente poderosa…Lo que llama la atención aquí es que una campaña de salud está usando las tácticas de la industria del tabaco, promoviendo ciencia alternativa que va en el sentido de establecer la noción de que las bebidas azucaradas no son realmente tan malas para la salud de la gente”.
Benjamin Wood, de la Universidad de Deakin, uno de los autores, declaró a The Washington Post: “Nosotros queremos llamar la atención de estas tácticas ocultas, de estas estrategias dirigidas a los adolescentes y las madres… Existe un esfuerzo global de políticos y expertos de la salud pública para tratar de detener el efecto de los ultraprocesados en la salud. Son un arma de destrucción masiva”.
Y estas armas de destrucción masiva se extienden por todo el planeta. Un reporte publicado, también esta semana, en The Guardian, parte de un documental que expone lo que los niños comen en diversas regiones del Planeta, desde Londres hasta Nepal.
(Sin Embargo)