Imagina esta situación: ya llegaste a un Love Hotel con tu chica, ya rompieron el hielo en aquel escenario y comienzan a despojarse de sus prendas. De repente, ella decide tomar la iniciativa y de buenas a primeras te pide unas cuantas nalgadas para aumentar el nivel de excitación.
Tú, como buen lector Kinky, ya sabes que si ambos tienen ganas de intentar cosas nuevas que no lastimen a ningún miembro de la pareja, entonces, ¡adelante! Y si el spanking está entre sus planes, aquí te damos la guía Kinky para no fallar en el intento. Estas son las cosas que debes tener en cuenta para que no sea la primera y última vez que lo lleven a cabo.
LO BÁSICO
El spanking forma parte del sado, en su versión más light, quizás, pero tiene su chiste. No nada más es dar nalgadas porque sí, sino que es una práctica que implica juegos de roles de dominación y sumisión entre el spanker (azotador) y spankee (azotado), pero que produce intenso placer para ambas partes.
LOS INSTRUMENTOS
Claro, la mano es esencial y es tu principal instrumento para dar nalgadas, pero eso no lo es todo. Si ambos están de acuerdo, pueden aumentar la intensidad con algunas varas, fustas o látigos. Solo debes tener en cuenta que dependiendo del instrumento que elijas, será el grado de dolor o placer que causarás en tu chica.
LA POSICIÓN IDEAL
Ya que tienes elegido el instrumento, tienes que pensar en la posición más cómoda para ambos. En Let’s Kinky te recomendamos tres: que tu chica se coloque en sus cuatro extremidades sobre la cama, al mero estilo perrito; si están en un Love Hotel y hay Atracciones para disfrutar del sexo de pie, ocúpalas para que tu pareja se recargue ligeramente en ellas con los pies en el suelo y disfrute más, o bien, si ambos quieren volver el spanking algo más clásico, entonces siéntate en una silla o en la orilla de la cama y recuesta a tu chica sobre tus rodillas.
LAS BUENAS NALGADAS
Un buen azote es aquel que se da seco y con total contundencia, sin titubear. ¿Por qué? Porque si lo dudas aunque sea un poco, la fuerza de la mano o del instrumento que ocupes puede lastimar o causar escozor en la piel de tu chica y no queremos eso. Apunta bien y procura ser certero para que la onomatopeya que se ocasione aumente el placer. La clave es tener mano firme, no dura.
Por supuesto, la zona a nalguear es el centro del glúteo, jamás los genitales, ni la parte superior a las pompas, pues no se trata de lastimar otras partes del cuerpo de tu pareja que no tienen nada que ver con el spanking.
Además, debes variar el ritmo, empieza suave y quédate muy atento de las reacciones de tu pareja. Poco a poco aumenta la intensidad hasta donde ella te lo permita y cuando te pida que pares, vuelve al ritmo inicial, pues si no pones atención a las cosas que ella no permite durante su encuentro sexual habrá problemas y tampoco queremos eso.
EL ADEREZO
Para poner un toque más hot a la sesión de spanking, intenten un juego de rol, el de profesor y alumna puede ser una excelente opción, pero propón cualquier cosa que tengas en mente. Esto es con la finalidad de que, después del orgasmo, tu chica no sienta que las nalgadas fueron parte de una agresión a su persona. El meterse a un juego de rol y aplicar un poco de dirt talk vuelve el spanking algo placentero, pero a la vez ajeno a la relación sentimental que entablan.
¿Y DESPUÉS DEL SPANKING, QUÉ SIGUE?
Para el alivio y bienestar de tu chica, cuando ya hayan terminado las nalgadas y hayan tenido el sexo de su vida con los orgasmos más placenteros e intensos que pueden experimentar, dedícate a consentir a tu chica.
No importa si la idea de las nalgadas nació de ti o fue su idea, es muy importante que después de hacerlo le llenes el cuerpo de caricias y le prepares un baño caliente y relajante con aromas afrodisíacos y, después de eso, apliques alguna crema fresca que ayude a humectar su piel.
Ahora sí, estás listo para convertirte en un experto del spanking. ¡Atrévete!
Y si estás dispuesto a involucrarte más en sus encuentros sexuales, sorpréndela y también aprende Cómo comprarle lencería a tu novia.
(Let´s Kinky)